lunes, 1 de junio de 2020

NO HAY UN MEJOR MOMENTO PARA SER UN DOCENTE EXTRAORDINARIO



Tomando el título del libro de Héctor Bohórquez Ortiz “Docentes extraordinarios”, donde se destaca la dimensión pedagógica del docente y la vocación propia y oblativa del formador de generaciones a partir de su testimonio de vida, amor y locura al magisterio, es bueno reflexionar sobre el rol del Docente en estos tiempos de pandemia mundial.
En función del enfoque y modelo de educación, los maestros del Sistema Educativo Plurinacional se caracterizan por desarrollar su formación profesional bajo el perfil asentado en cuatro  pilares fundamentales: la  formación  Pedagógica-didáctica, la formación en la especialidad; la formación en producción de conocimientos y la formación filosófica, estos pilares  que son trabajados en la formación de maestros son fundamentos que sostienen la vocación docente, sin embargo, existen otros elementos que llaman fuertemente la atención de quienes subvaloran el rol de los maestros, especialmente para el contexto de estos tiempos.
Surge una pregunta, un desafío para este momento histórico educativo ¿Están preparados los docentes para el cambio a la educación digital?
Una primera impresión, nos lleva a pensar que, la docencia en nuestro país no está preparada para el cambio de la educación presencial a la educación virtual, debido a las condiciones políticas, sociales y económicas que rigen y que existen en los diversos aspectos que imposibilitan a nuestros docentes el desarrollar plenamente dicha educación.
Existen una gran cantidad de docentes que están capacitados desde el desarrollo profesional docente, en sus especialidades y en las estrategias didácticas y metodológicas que lograron superar desde su realidad, los inconvenientes económicos, sociales y políticos a una constante formación en diversas ramas y en especial adecuarse a los desafíos tecnológicos para la educación.
Al no existir, en este momento, políticas educativas a nivel de Estado e Institucional (Unidades Educativas y Universidades) la tarea docente no se detuvo y los docentes han afrontado valientemente la realidad que vive nuestra sociedad boliviana, fortaleciéndose desde su vocación de maestro en las potencialidades tecnológicas, psicopedagógicas y metodológicas de la práctica educativa, en beneficio de sus estudiantes; esa utopía necesaria que necesitan hoy los educandos, como dice Jacques Delors esta siendo satisfecha con el trabajo de los profesores con un relativo y gran esfuerzo que busca cambiar la precaria realidad educativa de nuestros niños y jóvenes de estos últimos años.
Por eso, este es el tiempo y momento de los docentes. Al asumir la insípida tecnología con una alta carga académica burocrática y aulas con grupos numerosos, se han enfrentado y demostrado, con una formación básica, al reto de continuar el trabajo educativo desde una educación remota, virtual o a larga distancia como quiera llamarse o desempeñarse. Abordaron el manejo de las estrategias tecnológicas virtuales con compromiso y creatividad en un constante esfuerzo y aprendizaje docente el acceso a las plataformas informáticas y en algunos casos con gran sobriedad, dedicación e innovación para mantener la motivación a estudiar de sus estudiantes, desde el uso simple del WhatsApp hasta el dominio de aplicaciones complejas, que el docente hace sucumbir ante su gran fuerza de superación y mejoramiento profesional.
Por esta situación educativa que pasa el docente, es el mejor momento de la condición de docente extraordinario, habiendo superado la brecha digital afrontando este nuevo reto, con aciertos y desaciertos iniciando un cambio en la educación, involucrándose con estas nuevas herramientas que nos da la tecnología de manera positiva; la educación digital es un gran apoyo a la educación presencial, remota y virtual, que desde su buen uso será de gran beneficio para los estudiantes y la población en general.
El trabajo del docente, urgente para este tiempo y momento educativo, es el de habituarse al reto de la virtualización, que llegó de repente y sin tiempo de prepararse para afrontar ni acordar con los estudiantes la forma de realizar el aprendizaje mutuo a través de estas herramientas remotas, virtuales y digitales, lo pedagógico requiere de mayor interés dentro de lo importante, partiendo de ese choque para algunos docentes que llega a ser la virtualidad y el uso de las herramientas tecnológicas.

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